La vaginosis bacteriana es una infección derivada por la existencia de determinadas bacterias que desequilibran de forma masiva la flora vaginal. Se trata de un problema común que puede afectar a mujeres y niñas de todas las edades.
Cómo saber si tengo vaginosis bacteriana
Existen varios síntomas de la vaginosis bacteriana que nos pueden advertir que tenemos la infección y que, por tanto, necesitamos acudir al médico:
- Ardor al orinar.
- Escozor dentro y fuera de la vagina.
- Flujo vaginal blanco o gris.
- Olor en la vagina desagradable, a veces similar al pescado.
Cuando acudas a la consulta médica, comentarás a tu profesional de la salud cuáles son tus antecedentes médicos y tu sintomatología. Posteriormente, el médico pasará a explorar la zona afectada en cuestión. Lo más probable es que utilice un hisopo de algodón con objeto de extraer una muestra de flujo vaginal. Esta misma muestra se someterá a un análisis en el laboratorio.
Cómo tratar la vaginosis bacteriana
Una vez esté diagnosticado el tratamiento a seguir contra la vaginosis son cremas antibióticas o bien pastillas antibióticas. Debemos seguir estrictamente las pautas que nos indique el médico seguir el calendario marcado. Aunque una se sienta bien debe finalizar con el tratamiento, o correrá el riesgo de que reaparezca la infección.
Además, también podemos llevar a cabo ciertos hábitos que nos alivien las molestias causadas por los síntomas.
- Utilizar productos sin alcohol o perfume en esa zona.
- Después de defecar, secar de adelante hacia atrás.
- Lavar la vagina y el ano con jabón suave.
- Secar bien después de la ducha.
- Utilizar ropa interior suave y que no apriete.
Si los síntomas persisten pese al tratamiento o se percibe un empeoramiento habrá que visitar de nuevo al médico. Por otra parte, si nuestra pareja es también del sexo femenino es posible que se lo hayamos contagiado, por lo que también ella deberá acudir al médico.
Cómo prevenir la vaginosis bacteriana
A la hora de prevenir la vaginosis bacteriana existen varias recomendaciones:
-Procura mantener una correcta higiene genital. No es necesario frotar con excesiva fuerza.
-No uses ropa interior húmeda. Ya que facilitará el crecimiento de bacterias (de las que alteran nuestra flora) y limitará el paso de aire.
-Haz una dieta equilibrada. Es importante estimular al sistema inmunitario y no hay forma más eficiente de hacerlo que manteniendo una dieta sana.
-Practica sexo con preservativo. Aunque no se trata de una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual), el semen es capaz de alterar la flora vaginal, por lo que si tenemos varias parejas sexuales razón de más para realizar sexo seguro.
Por lo general, la zona vaginal alberga en su interior un porcentaje considerable de bacterias sanas junto a otras que pueden ser potencialmente nocivas. No obstante, este equilibrio se puede alterar por factores como las duchas vaginales.
Leave a reply