Hoy vamos a ver cuáles son los síntomas y tratamiento del hipertiroidismo. Se trata de una enfermedad por la cual se produce un aumento de funcionamiento de la glándula tiroides, lo que deriva en un aumento de las hormonas tiroideas en la sangre. Lo que, a su vez, implica que la actividad metabólica acelerada.
Habitualmente, aquellos que se ven afectados por el hipertiroidismo padecen un aumento de la excitación en todos los sistemas de su organismo. En ocasiones, se relaciona esa excitación con el estrés o la ansiedad.
Síntomas del hipertiroidismo
Los principales síntomas del hipertiroidismo suelen ser:
Pérdida de peso: El hecho de que el organismo esté tan acelerado impulsa al mismo a consumir más energía de lo normal.
Falta de concentración: Prestar atención de manera continuada supone un gran esfuerzo, especialmente para los jóvenes y adolescentes que se encuentran estudiando.
Irritabilidad: Se pueden producir cambios de humor en el individuo afectado por la enfermedad.
Bocio: Se trata de un aumento de la glándula tiroides que provoca problemas para respirar o tragar. No es un síntoma que se dé siempre ni que únicamente tiene que ver con el hipertiroidismo. Se vincula también a dietas faltas en yodo y al consumo excesivo de ciertas sustancias que se encuentran en la coliflor, el repollo o las coles.
Hiperactividad: Inquietud, insomnio, ansiedad… Aunque el enfermo se sienta fatigado, continuará estando nervioso con frecuencia e incluso podría sufrir de taquicardias o palpitaciones.
Amenorrea: En ocasiones, las mujeres sufren la ausencia de la menstruación.
Tratamientos para el hipertiroidismo
Dependiendo de las causas y de la gravedad de los síntomas, el médico indicará al paciente qué tratamientos deberá seguir para paliar los efectos de la enfermedad.
Medicamentos antitiroideos: Los fármacos que se emplean son el metimazol y el propiltiouracilo, que disminuyen los niveles de hormonas tiroideas hasta mantenerlas dentro de la normalidad.
Yodo radiactivo: Con el que se puede eliminar parte de la glándula tiroides y restringir así la fabricación en exceso de las hormonas tiroideas. Se corre el riesgo de que se destruya más sección de la glándula de lo que se pretende y, en consecuencia, la producción de la hormona sea limitada, lo que llevaría a hipotiroidismo.
Cirugía: A veces es necesario extirpar la glándula tiroides, si no entera al menos parte. La cirugía suele indicarse sobre todo en los casos de bocio.
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