Esto tuvo unas consecuencias muy positivas en las cifras de muerte súbita que pasaron a ser de 1,2 por cada 1.000 recién nacidos hacia 1992 hasta 0,56 por cada 1.000 recién nacidos en el año 2001. Estas cifras reflejaron que los pequeños estaban expuestos a más riesgos de sufrir muerte súbita durmiendo boca abajo.
Qué es la plagiocefalia
Sin embargo, cuando los pequeños se habitúan a dormir boca arriba existen más posibilidades de que se produzca el fenómeno de la plagiocefalia o la aparición de deformaciones en la forma del cráneo. Esto es debido a que los huesos del cráneo de los bebés es muy maleable y al estar mucho tiempo con la misma postura ejerciendo presión en la misma zona puede deformarse
En la actualidad casi la mitad de los bebés presentan este problema.
Cómo evitar la plagiocefalia
Para evitar este problema se puede recurrir a las siguientes medidas preventivas:
- Postura a la hora de dormir: Lo más recomendable es que duerman boca arriba con la cabeza ladeada y cambiando el lado en el que se apoya de forma regular.
- Alternancia de brazos: A la hora de tomar en brazos al pequeño es recomendable ir cambiando el brazo con el que sostenemos su cabeza para que no siempre ejerzamos presión sobre la misma zona.
- Variedad de posturas: Es importante que el pequeño no acostumbre a estar acostado cuando está despierto y que aprenda a adquirir diferentes posturas a medida que crece. Esto ayudará a reducir la presión sobre los huesos de su cráneo.
Si se detecta la presencia de plagiocefalia es más importante vigilar sus hábitos a la hora de dormir e intentar que haya una verdadera alternancia a la hora de apoyar el cabeza de un lateral o de otro. Al tener los huesos del cráneo blandos es posible corregir este tipo de problemas si se detectan a tiempo y mediante unos hábitos más equilibrados.