¿Eres consciente de lo importante que es el agua para nuestra vida y para el desempeño de nuestras funciones diarias?, en los más pequeños la hidratación es especialmente importante y es necesario prestarle una especial atención tal y como vamos a ver a continuación.
La importancia de una buena hidratación
A lo largo del día, nuestro cuerpo está sometido a un ritmo constante de trabajo y estrés derivado, en buena medida, de nuestras preocupaciones personales y responsabilidades. El agua puede ayudarnos a combatir ese desgaste, especialmente en las horas de máximo calor, para así poder funcionar correctamente a lo largo del día y disfrutar de unos hábitos de vida más saludables.
El agua reduce el apetito, nos sacia, y además acelera nuestro metabolismo, diluye las sales y los minerales contenidos en nuestros riñones y que son expulsados a través de la orina, favorece la digestión y ayuda a mantener lubricadas las articulaciones y los músculos, permite regular la temperatura del cuerpo especialmente cuando realizas ejercicio y empiezas a eliminar líquidos a partir de la sudoración, te aporta energía y contrarresta la fatiga.
La hidratación en los bebés
Hay que tener en cuenta que los más pequeños son propensos a la deshidratación derivada de problemas como la diarrea o el calor. A esa edad el porcentaje de agua que necesitan sus cuerpos es mayor que el de los adultos y teniendo en cuenta que todavía no tienen totalmente desarrollados los centros que regulan la sed puede que no sepan afrontar la necesidad de beber agua, por lo que debemos estar vigilantes.
Debemos asegurarnos que estén siempre hidratados pues cuando aparece la sensación de sed ya se ha perdido entre un 1 y un 2% del agua corporal, que como hemos visto facilita la digestión y reduce el riesgo de padecer estreñimiento, la cual es habitual entre los más pequeños, además ayuda a filtrar los desechos de las células y a eliminarlos por la orina.
En una persona adulta el 70% del cuerpo está compuesto por agua, en un bebé este porcentaje sube hasta el 85% o el 95% motivo más que suficiente para asegurar la hidratación del bebé.
Como recomendación, los niños deben beber al día unos 50 ml. de agua por cada kilo de peso. En los niños hasta los 3 años es recomendable asegurarnos que toman agua cada 2 horas (pueden tomar el agua sola o también en zumos)
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