¿En qué se diferencia la piel seca de la piel deshidratada? ¿Cómo tratarla?
A menudo tendemos a confundir piel seca con piel deshidratada, o mejor dicho, tendemos a creer que son la misma patología, y estamos muy equivocados.
La piel seca se desarrolla cuando la función barrera de la piel no puede llevarse a cabo de forma eficaz debido a que hay un desequilibrio de agua y lípidos en la capa superior de la epidermis. Al estar mal nutrida, la barrera impermeable no puede ejercer su función de defensa de la piel, por lo que ésta comienza a manifestar molestias como incomodidad, rigidez (sobre todo después del baño o ducha), sensación de ligera tirantez y descamación, y, en ocasiones, picazón, inflamación y pérdida de elasticidad. La piel presenta un aspecto pálido y desvitalizado. En casos de piel muy seca, la sensación de incomodidad y tirantez es más marcada, la descamación es más intensa y se pueden producir agrietamientos o fisuras. Cuando se llega al extremo de xerosis preatópica, la piel se vuelve áspera y rugosa, aparecen manchas de sequedad extrema y ligeras irritaciones. Además, este tipo de pieles son muy propensas a la aparición de eczemas.
La piel seca es un tipo de piel, como lo son la piel mixta o la piel grasa, es decir, es una condición permanente y crónica de cada individuo que suele deberse a una predisposición genética (sequedad innata), aunque en ocasiones puede estar influida por factores externos (climatológicos, ambientales, enfermedades o tratamientos médicos).
A parte de las personas que poseen una piel seca de nacimiento, este tipo de piel suele ser común en niños y en adultos a partir de 40 años, ya que en la madurez es cuando las glándulas sudoríparas y sebáceas van perdiendo su función. Personas que viven en climas secos, fríos o de baja humedad o cuyos trabajos requieren que la piel esté en constante contacto con el agua son también propensas a desarrollar este tipo de afección.
Si no se aplican los cuidados necesarios, la piel seca puede llegar a provocar dermatitis atópica y, en casos extremos, puede causar grietas o fisuras que al abrirse pueden llegar a infectarse.
¿Cómo distinguir una piel deshidratada de una piel seca?
A diferencia de la piel seca, la piel deshidratada es una condición temporal que se puede dar en pieles de todo tipo en cualquier momento de la vida. Es consecuencia de una mala fijación y una pérdida de agua, pero con los correctos cuidados, es un estado totalmente reversible. Se caracteriza por sensación de piel tirante y áspera, pero en zonas puntuales y localizadas, aunque a veces también se pueden producir descamaciones.
Consejos para cuidar una piel seca:
– Si es un malestar persistente, hay que ir al dermatólogo para que diagnostique correctamente si se trata de piel seca o piel deshidratada y así poder tratarla de forma adecuada.
– Si esta condición aparece de forma súbita, habrá que valorar si puede haber alguna causa que haya motivado su aparición, como cambios en el ambiente, realización de actividades que puedan contribuir a la sequedad de la piel, enfermedades o tratamientos médicos. Si se encuentra un factor desencadenante, se debe tratar, corregir o remediar en la medida de lo posible.
– Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
– Para la limpieza de la piel seca o muy seca es importante que el agente limpiador sea lo bastante suave como para no eliminar los lípidos de la piel y no alterar la barrera cutánea. Lo ideal es que los productos de higiene personal no sean agresivos para la piel, es decir, que no lleven detergentes y sí lleven activos, que enriquezcan el factor de hidratación natural de la piel.
La cara se debe lavar dos veces al día y para secarla es conveniente dar suaves golpecitos y no frotar.
La leche limpiadora todo tipo de pieles ANALINE, enriquecida con hidrolizado de proteína de soja, proporciona una delicada, agradable y efectiva limpieza facial.
– Aplicar tratamientos hidratantes y emolientes para calmar la piel y protegerla. Lo aconsejable es utilizar productos específicos para piel seca que contengan activos como: componentes del factor de hidratación natural de la piel (urea o lactato) que retienen la hidratación en las capas epidérmicas y son bien tolerados, ceramidas que reparan la barrera lipídica reduciendo la pérdida de humedad y glucoglicerol que ayuda a distribuir el agua en las capas más profundas de la piel. Es importante aplicar los cuidados hidratantes de modo regular, ya que, al evitar la pérdida de humedad, nos ayudan a hidratar la piel adecuadamente.
Lo más indicado es usar productos sin alcohol, sin perfumes y sin colorantes para evitar posibles irritaciones.
Para nutrir en profundidad la piel seca y reactivar el mecanismo interno de hidratación, la Crema Nutritiva para pieles normales y secas ANALINE es una crema con gran poder de nutrición y regeneración y, además, aporta sensación de comodidad, flexibilidad y suavidad a la piel.
El Body milk de Rosa mosqueta ANALINE es una crema hidratante corporal altamente hidratante y regenerante que nutre, restablece el equilibrio lipídico de la piel y aumenta su resistencia frente a las agresiones externas.
– No estar mucho tiempo en contacto con agua caliente. Cambiar los baños por duchas y al lavar los platos utilizar guantes, además así se evitará también el contacto con los detergentes.
– Utilizar prendas fabricadas con materiales naturales (algodón o seda) y procurar usar un detergente sin colorantes ni perfumes para lavarla, ya que son sustancias que permanecen en la ropa durante un tiempo y pueden llegar a irritar la piel.
– Evitar el aire seco estando menos tiempo en el exterior y, cuando el ambiente sea cálido, utilizar un humidificador en el interior. En épocas de frío usar bufanda, sombrero y guantes.
La piel seca no es un tema preocupante pero una buena limpieza e hidratación, combinadas con estos consejos, nos ayudarán a evitar los factores que contribuyen a su desarrollo y reduciremos así su impacto en nuestra calidad de vida.
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