¿Necesitas recibir rehabilitación tras haber sufrido un accidente de tráfico? Es preciso que tengas en cuenta una serie de factores fundamentales en estos casos y que especificamos en las próximas líneas.

Los accidentes en carreteras se han incrementado estas pasadas Navidades en un nada desdeñable 21, 7% en lo que al número de fallecimientos se refiere y un 27,2% con respecto al porcentaje de heridos graves. Más concretamente, este pasado fin de semana de Reyes, correspondiente a la última fase de la operación de tráfico de las fiestas navideñas y en el que se preveían un total de 2, 7 millones de desplazamientos, se ha complicado de forma notable debido a las intensas nevadas que han obligado a cortar las carreteras y que ayer por la noche dejaron a miles de personas atrapadas en sus vehículos.

La importancia de la rehabilitación tras un accidente de tráfico

Una de las lesiones más habituales tras sufrir un accidente de tráfico es el latigazo vertical, conocido de esta forma porque se produce por un movimiento brusco hacia delante de la cabeza hasta retroceder de forma violenta a consecuencia de la propia colisión. Por este mismo motivo, se pueden producir muy diversas lesiones que afectan a la propia columna vertical como aplastamientos discales, distensiones, espasmos musculares, compresiones nerviosas o vasculares. Por lo general, los síntomas no aparecen de manera inmediata tras el accidente, produciéndose pequeñas molestias o rigidez. No obstante, pasadas algunas horas se puede presentar dolor cervical, mareos, dolores de cabeza, limitación de la movilidad o, incluso, hormigueo en las extremidades.

Cuando sufrimos un accidente de tráfico, la compañía aseguradora correspondiente será la que se encargue de nuestros gastos sanitarios y de rehabilitación a excepción de algunos supuestos como, por ejemplo, que en el siniestro esté implicado un único vehículo, precisando la revisión de la póliza de accidentes del propio conductor. También encontraremos excepciones en el caso de que hablemos sobre los ocupantes de un vehículo robado o sin seguro de responsabilidad civil obligatorio y cuando se demuestre que estos conocían tal circunstancia.

Por otro lado, es conveniente que no retrasemos el inicio de la propia rehabilitación, ya que esta última actúa como prueba de lesión. No debemos olvidar que un espacio de tiempo prolongado entre el accidente y el comienzo de la propia rehabilitación es complicado de justificar ante la propia compañía, corriendo el riesgo de que esta última se pueda negar a pagar los gastos correspondientes.

El mero hecho de no sentir dolor en el mismo momento del accidente, como decíamos antes, no quiere decir que estemos ilesos, por lo que en estos casos es recomendable hacer uso de nuestros derechos como accidentados y acudir al centro hospitalario que sea de nuestra elección a recibir el correspondiente chequeo. Todo ello facilitará procesos posteriores si empezamos a sentir dolor y será de utilidad para tratar de manera adecuada la lesión.

 

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