El uso responsable de los medicamentos que adquirimos en farmacia ayudará a mejorar nuestra calidad de vida de forma notable, permitiendo prevenir, diagnosticar, tratar o curar determinadas enfermedades.
Desde el punto de vista legislativo, toda receta médica debe incluir el nombre del medicamento. En todo momento se ha de confirmar que el empaque, precintado o cierre del producto reúna las características necesarias. Ya sea desde la farmacia de guardia en Coruña o de cualquier otra localidad, el farmacéutico tendrá la responsabilidad de chequear la receta que, según la ley, deberá ser escrita de forma legible.
La importancia de un uso responsable de los medicamentos
El medicamento ha de conservarse en un su envase original y con su prospecto. Gracias ello podrás consultar en todo momento la fecha de caducidad del mismo y la dosis adecuada de medicamento que deberá de administrarse, además de confirmar las posibles reacciones adversas que pueda tener.
En función de las recomendaciones de conservación del propio fármaco, el medicamento debe almacenarse de la forma adecuada. No hemos de olvidar, en este sentido, que los medicamentos conservados en unas condiciones de temperatura poco apropiadas terminarán deteriorándose y comprometiendo la vida del propio enfermo. Como hemos comentado, las condiciones de conservación figuran en el propio envase. Así, por ejemplo, los que se conservan entre dos y ocho grados deben ser almacenados en lugares con embalaje isotérmico refrigerado.
Para evitar que los medicamentos sean transportados bajo unas temperaturas extremas como la que puede haber en los maleteros u otros habitáculos de los coches, podemos desplazarlos en embalajes isotérmicos no refrigerados. Algunas formas farmacéuticas como supositorios o cremas son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. Los medicamentos con forma de solución poseen una relativa fragilidad, pudiendo verse seriamente deteriorado.
Tampoco has de olvidar la revisión periódica, más concretamente cada seis o doce meses, del contenido de vuestro botiquín para confirmar en todo momento la caducidad de los mismos y buen estado de los elementos que los componen.
Como una prueba de garantía para nuestra salud, los pacientes han de consultar con su médico de cabecera en todo momento el uso adecuado del medicamento, el cual deberemos en cualquier farmacia 24 horas o de doce y nunca en aquellos establecimientos que no tengan licencia para evitar falsificaciones y malas condiciones de envasado.
Cuando haya transcurrido su fecha de caducidad, hemos de llevarla a un punto de reciclaje. Igualmente, los tratamientos que requieran de múltiple medicación, sería aconsejable hacerse con una plantilla donde se anote la dosis, frecuencia y se lleve a cabo un seguimiento para determinar que se ha ingerido el medicamento. En muy diversos centros médicos encontraremos un folleto explicativo del Ministerio de Sanidad en los que se adjunta una plantilla para tal servicio.
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