La esperanza de vida ha aumentado durante los últimos años. Fruto de la estabilidad y del buen nivel de vida, las personas cada vez viven más y, por lo tanto, es habitual que también proliferen más enfermedades asociadas a una longeva edad. Es precisamente por esto, por lo que se deben de intensificar los cuidados para el Alzheimer y conocer mejor de qué trata esta enfermedad que cada día afecta a más personas en España.
¿Qué es el Alzheimer?
El Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye poco a poco la memoria y la capacidad de pensar. Con el tiempo, el Alzheimer llega a afectar incluso a las tareas más sencillas, afectando a la calidad de vida de las personas. Además de esto, el Alzheimer puede acabar degenerando en enfermedades peores, como por ejemplo, la demencia.
Síntomas del Alzheimer
De la misma forma que en cualquier otra enfermedad, detectar a tiempo los primeros síntomas del Alzheimer nos puede ayudar a afrontar mejor la enfermedad.
Uno de los más habituales son los cambios que se producen en la memoria. Las personas que padecen Alzheimer tienden a olvidar información a corto plazo. Es importante seguir valorando el resto de síntomas y evitar no confundirlos con los síntomas propios de la edad.
Por ejemplo, otro síntoma común es la dificultad para planificar tareas o concentrarse. Esto degenera en una complicación de las tareas cotidianas del día a día, como puede ser llegar a un lugar o preparar un plato de comida.
Otros de los síntomas habituales del Alzheimer en sus primeras etapas suele ser que el sujeto comienza a perder cosas al no saber dónde las guarda, tiene problemas para leer o escribir y empieza a tener problemas de socialización debido a las dificultades que presenta.
¿Cómo podemos retrasar el Alzheimer?
Una vez que se empiecen a detectar los primeros síntomas, es esencial empezar a retrasar estos lo máximo posible.
Para ello es posible llevar a cabo una serie de terapias que van más allá de lo farmacológico. Una de las más habituales sería trabajar la memoria. Para ello es importante poner en práctica ejercicios que nos obliguen a retener información importante durante un tiempo limitado o a establecer patrones. Un buen ejercicio sería repetir listas de palabras que, por ejemplo, vemos en el periódico o las noticias.
Además de trabajar la memoria, es importante mantenerse activo en la medida de lo posible. Esto implica no perder las relaciones sociales y tratar de hacer más actividades. Procurar salir más a la calle, tratar de aprender cosas nuevas, buscar una afición nueva, practicar algo de deporte… cualquier detalle que nos permita permanecer más activos será fundamental de cara a retrasar el Alzheimer.
Por último, tratar de reducir los niveles de estrés al mínimo. El estrés es algo que no ayuda con el Alzheimer y puede ser bastante perjudicial para la persona que lo padece. Procura mantener hábitos de sueño saludables y descansar con frecuencia para estar bien relajado durante el día.
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