¿Te sientan mal alimentos como las hamburguesas, los helados, los anacardos o las lentejas? ¿Tienes dolores abdominales y cambios en el tránsito? Seguramente hayas llegado al punto de sentirte incluso inseguro a la hora de hacer una vida normal por los síntomas que puedes llegar a experimentar.
Existen patologías que pueden ser la causa de estos problemas como es el caso del colon irritable, también conocido como síndrome del intestino irritable (SII).
El colon irritable es un conjunto de síntomas que afectan al intestino y se puede comportar de manera diferente según quién lo padezca. Dos de los síntomas más comunes son el predominio de episodios de estreñimiento, de descomposición o diarrea, o incluso alternancia de episodios de ambos en períodos breves de tiempo. Si padeces estos síntomas nnnnasociados al colon irritable, sabrás que tan incómoda es la diarrea como el estreñimiento.
Ambos impiden a veces salir de casa ante el miedo de no encontrar a mano un baño, o nos tortura con el incómodo y doloroso estreñimiento.
Este síndrome lo sufre más de un 20% de la población española, y cada vez son más los perfiles diferentes de personas afectadas. Los sufridores son mayoritariamente mujeres de mediana edad, y llegando hasta jóvenes y niños.
Dieta para el colon irritable: pautas generales
Quien tiene colon Irritable es consciente que, de la misma manera que el estrés y los nervios agravan los síntomas, hay alimentos concretos que también los empeoran.
Una forma de controlar estos brotes de malestar e incluso dolor, es llevando una dieta controlada a la vez que minuciosa, con la cual podríamos llegar a retomar un estilo de vida más tranquilo y saludable.
Pero hay que tener siempre presente que lo recomendable para el síndrome del intestino irritable es tener y mantener una dieta personalizada.
Si sufres el Síndrome del Intestino Irritable con estreñimiento es importante que acudas a tu médico o nutricionista para que te proporcione la rutina que más se acomode a tus necesidades, pero de manera genérica es recomendable seguir unas pautas y una dieta basada en los siguientes criterios:
Establece unos buenos hábitos en tus rutinas:
– Procura mantener un horario fijo para tus comidas e intenta ir al baño siempre a la misma hora.
– Haz comidas frecuentes y menos copiosas.
– Come despacio y mastica bien los alimentos, así, estos caerán menos pesados a tu estómago, tendrás una buena digestión y se absorberán mejor todos sus nutrientes.
– Bebe por lo menos 1,5 litros de agua al día. Un aporte suficiente de líquidos ayudará a combatir el estreñimiento.
– Antes de irte a dormir procura que hayan transcurrido al menos 4 horas desde la última comida.
“Aumenta el consumo de fibra soluble con dulce de membrillo, manzana o suplementos alimentarios de este tipo de fibras, como Bifibrán».
Elimina algunos alimentos:
– Evita los alimentos fritos y rebozados.
– Evita alimentos ricos en grasa. Incluso, retira las grasas visibles en carnes como el pollo, jamón, etc.
– No tomes bebidas gaseosas.
– Evita alimentos o carnes procesadas como embutidos, fiambres, etc.
– Evita los alimentos picantes.
– Disminuye el consumo de fructosa y sorbitol (azúcares que se encuentran sobre todo en las frutas).
– Evita el tabaco, el alcohol, y las bebidas estimulantes como el café y el té.
– Evita los zumos de fruta y los néctares de fruta envasados.
– Evita el chocolate, el gluten y los huevos, en caso de que sientas reacciones específicas a estos alimentos. Si fuera así, consulta con tu médico la conveniencia de realizarte la prueba de celiaquía o pruebas de intolerancia.
Incluye en tu dieta los siguientes alimentos:
– Carnes blancas (sin abusar).
– Pescados de cualquier tipo (blancos y azules).
– Añade semillas, como, por ejemplo, de chía o linaza a los platos y bebida.
– ¡La zanahoria, la manzana y el aceite de oliva son excelentes amigos!
– Puedes tomar infusiones suaves como la tila o la hierbaluisa, ya que no tienen efecto laxante.
– Intenta comer 2 o 3 veces a la semana un plato de legumbres, pero recuerda, siempre muy bien cocinadas (que no estén duras).
– Come mucha fruta (manzana, mango, plátano, nísperos, aguacate, etc.) y verduras (brócoli, coliflor, alcachofas, judías verdes, calabacines, etc.). Elegir las frutas más pobres en azúcar y más ricas en pectina como por ejemplo la manzana con piel.
– Aumenta el consumo de fibra soluble (dulce de membrillo, manzana, suplementos alimentarios de este tipo de fibras, como Bifibrán) y modera el consumo de fibra insoluble (procedente de alimentos integrales).
Pero, sobre todo, recuerda que a pesar de seguir estos consejos es muy importante practicar ejercicio físico cada día. Este consejo, válido para cualquier persona, es aún más importante para las personas que padecen colon irritable. Además de que es bueno para la salud en general y para reducir el estrés, ayudará a que los movimientos de tu intestino sean más fluidos y combatas de manera natural el estreñimiento.
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