Cuando faltan piezas dentales en la boca, los dientes a su alrededor tienden a moverse hacia el espacio vacío, lo que puede provocar problemas de oclusión o mordida, problemas de ATM (articulación temporomandibular), aumento en aparición de caries y problemas de encías. Se entiende entonces por qué las ausencias de piezas dentales no sólo generan un problema estético, sino que lleva aparejado consecuencias funcionales y de la salud bucal.
A día de hoy es posible sustituir piezas dentales por dientes fijos mediante un implante dental. El implante dental es el sustituto de la raíz del diente perdido, funciona como ancla y soporte para la prótesis dental que estará hecha para que parezca un diente natural tanto estéticamente como funcionalmente.
El postoperatorio no es doloroso. El paciente puede sufrir una inflamación en la cara y quizás un hematoma durante los siguientes siete y diez días. Durante este período es importante que tome la medicación prescrita por el cirujano y seguir una dieta blanca. Además, es importante que el paciente se ponga hielo en la zona afectada, no presione la zona con la lengua, no fume, no consuma alcohol y no practique deporte.